Y el sonido del caracol rompió el bullicio de los pájaros, que animaban en los laureles de la casa de los coyotes, el ulular de la caracol cruzaba la tarde anunciando reunión, su canto solemne hacia eriza los vellos de mis brazos
¡Ale,ale! , mi niño, ponte de fiesta, que ya huele a tamales
El recuerdo en mis papilas gustativas me hacía salvar, y el olor y sabor de los tamales de la placita volvía de mis recuerdos y tiraba de mi conciencia a manera de antojo.
Ale, ale mi niño,
Aquel viejo que desde siempre ha vivido en mi memoria, colgaba al hombro su moral de Isla, su moral de siempre, se encumbrado aquel sombrero café claro y me extendía la mano invitándome
Vamos mi niño, nos espera un festín…
Y así comenzamos a caminar, y a tomarnos a los personajes de siempre… Ahí estaba en la puerta de su tienda don miguelito, que siempre tenía un carrizo para alcanzar las ciruelas del árbol que custodiaba en la calle su tienda, más allá en la esquina estaba la estética de la señora Eva, mientras al peregrinar se iban sumando los personajes de siempre… Con su Paso veloz, iba angelito, dibujante, agricultor albañil, plomero, cantarero y de los buenos,.. Más allá el famoso taco, personaje de siempre de cada fiesta con la puerta abierta, esta vez venía acompañado de una sobriedad que era raro que caminara junto de él, y poco a poco la imagen y el bullicio del parque de la población, y el inconfundible olor a atole y a tamales que hacen una fiesta múltiple en los recuerdos de mi niñez.
Pero dime coy de donde nacieron los martes de brujas
Pues veras mi niño todo tiene que ver con la construcción de la iglesia nueva, pues como verás no tardó poco, y entonces en las tardes venían las señoras a dejar de comer, pero a últimas de la construcción el señor cuco, capataz de los constructores los hizo trabajar de noche y de día, así pues las señoras venían no sólo en el día, sino también en el descanso de la noche, y en aquellos tiempos la forma de alumbrar se eran esos tarritos de petróleo con una mecha, esas son las brujitas.
Y por qué les dicen así coy, ¿son brujas de verdad?
No mi niño, verás en la montaña sagrada, los días dónde no hay luna se veían bolas de fuego que en la lejanía eran lo que estas brujitas, con su lucecita, tintineante casi insignificante a la inmensidad de la noche.
Pero esas bolas de fuego que no queman son fuego de stipa …
Si mi niño, pero no todos saben lo que tú sabes.
Así esas noches fueroon llamadas, las tardes de la fiesta de las brujitas, o el festín de las brujitas…
Y un día el templo fue terminado y pasearon a los santos y vírgenes todo el día y en la noche como noche de fiesta hubo verbena de tamales y atole, y fue llamada la noche de los tamales de las brujitas, y el primer año de cuaresma se repitió la costumbre y se hizo tradición y fue llamada los tamales de las brujitas, y al siguiente año el párroco de la iglesia lo estableció los martes antes de la fiesta de semana santa, y así nacieron los martes de brujas y desde entonces ha estado todos los años.
Y entonces apareció ante mi vista la algarabía, que en síntesis era Xoxo
Ahí estaba doña ventura dios, en sus manos,… Los mejores tamales que he probado, su especialidad en esta fiesta los tamales de chichilo, claro y el atole de panela de doña chagua, y mi mente se atiborrado de tantas sensaciones ten al mismo tiempo,… Y ahora en mis recuerdos ese día, esa tarde noche, y ese viejo, que es el capricho de mi corazón,…
Y encamine mis pasos hacia el parque, en este martes de brujas, ahora ya no está don miguelito en su tienda,… Ya no existe sólo está como testigo inmutable de ese pasado aquel ciruelo que ahora tira a la calle su fruto, don angelito sigue con su paso ágil apareciendo se de repente a cualquiera y en cualquier crucero de este viejo nuevo pueblo, el viejo taco hace mucho no lo veo pero; estoy seguro que aún sigue por ahí brindando con todos ese alipus, los tamales de doña ventura no se venden más, dejó su lugar a las nuevas generaciones, lo mismo que dona chagua, y con esta bola de recuerdos llegó al parque y un tumulto de gente me recibe, así en Xoxo dónde los que llegaron y los que nos quedamos seguimos disfrutando de los martes de brujas.