Es tarde de azucenas en Xoxo, hay que ir al cerro a cortarlas, pero hay que ir de tarde, pues entre la tarde y la noche esta fragante y hermosa flor enseña su rostro y su perfume; solo a esta hora.
El séquito familiar subía por el Paragüito (cerro donde se ubica la secundaria de xoxo y que cualquier xoxeño sabe).
Así subimos hasta el punto más alto, los jóvenes impacientes diseminando el campo y las laderas para ubicar bien este tesoro florar que inundaría con su fragancia la casa y adornaría con su blanca cara los altares del santo entierro y la dolorosa.
Solo el abuelo caminaba de cresta en cresta por la cadena de cerros, con un andar breve y sorprendente para su edad.
-abuelo “pa donde vas” viejo zorro?. Tú sabes donde hay lo que venimos a buscar cierto?
– no mi niño. Yo no busco tan fragante tesoro, solo quiero visitar “la piedra del rayo”
Mi cara de consternación provoco una de tantas historia que solía contar el viejo.
-ven mi niño y conoce tu pasado, acompaña a este viejo a su rencuentro con sus, y tus antepasados, ven no te arrepentirás…
Sus cansados pero breves pasos me llevaban de cerro en cerro mientras señaló una piedra plana de color rojizo, beige, azulado.
-Esta es “la piedra del rayo” mi niño, la piedra del nahual del tecolote.
– cuéntame más…
Hace muchos pero muchos años, en las épocas de los antiguos, aquí eran donde mataban a las brujas y a los nahuales, y a los seres mágicos que eran peligrosos.
-Antes había seres mágicos coy?
-Ha mi niño hermoso, estos seres han existido desde que los dioses crearon todo.
– pero coy, pero porque la gente no habla de eso, porque no los ven como antes.
– Antes las gentes estaban más conectadas con la naturaleza y con su yo verdadero y eso hacía que fueran sensibles a estas manifestaciones de la madre tierra. Y como todo en la naturaleza había seres afines y seres contrarios al hombre.
Los antiguos que se dedicaban a cazar a estos seres que eran contrarios nosotros.
En la época de los antiguos el señor de los mixtecas, tenía un consejo de 14 sabios; 14 nahuales.
Estos hombres eran los encargados del orden en estos valles, el orden entre los hombres y entre el mundo espiritual.
En las noches los nahuales cuidaban que los seres malignos no hicieran mella en Xoxo, pero cuando agarraba una presa mi niño… lo traían aquí y lo acostaban de espaldas en esta piedra y los 14 nahuales se formaban en círculo, y hacían “el kavi iva”
-el que?
La invocación más grande de los nahuales, el canto de los nahuales, la comunicación con los dioses antiguos; que son los padres de nuestros padres.
Cuando se hacía “el kavi iva” del cielo estrellado bajaban las nubes y cubrían con un manto de obscuridad y caía un rayo; fulminando a la víctima de la piedra.
-recuerdo que mi mirada atónita, escudriñaba cada detalle de aquella piedra que ahora sabia era mágica, y en el centro de su desgastada cara un hueco ahumado. Mi abuelo adivino mis pensamientos
-ese hueco mi niño es la prueba del poder de los dioses y esa carbonilla que se ve es producto de la quema de hiervas. Cada cierto tiempo los nahuales suben a purificar la piedra haciendo sahumerios y sangrías.
-¿los nahuales aún existen abuelo?
-los nahuales aún siguen cuidando a su pueblo mi niño… y siempre lo cuidaran; así fue el encargo del último señor mixteco-zapoteca el señor del penacho purpura .hasta que los que se fueron regresen a la ciudad sagrada…
Y la piedra del rayo siempre será el portal donde las almas de los malvados y los cuerpos espirituales malignos abandonaran este triste mundo.
Ahora que el tiempo ha pasado y cada vez que la época de las azucenas y los chepiches regreso año con año; subo con mi familia desde el cerro del Paragüito hasta la presa del chapulín; recorriendo esta caminata que mi abuelo me enseño, viendo el guardián del Paragüito, visitando la piedra del rayo, las tres piedras, la cueva del murciélago y contándole a mis hijos y ahora a mis nietas lo que mi abuelo me contaba.
Viejo sabio como te extraño, ahora que no estás tú silencio sigue provocando mis palabras…y ahora mis letras.